"La vida se ha ampliado, pero la sociedad no se ha ampliado a la vida. El número de ancianos se ha multiplicado, pero en nuestras sociedades no se les respeta", dijo.
"Los ancianos, pobres, enfermos y solos, experimentamos las lagunas de una sociedad programada sobre la eficiencia y que, consiguientemente, ignora a los ancianos", reconoció.
"Los ancianos son una riqueza que no se puede ignorar", insistió Francisco, de 78 años, quien está por cumplir sus primeros dos años de pontificado.
El papa citó también un discurso del papa emérito Benedicto XVI, el primer papa que renuncia al trono en siete siglos.
"Usó palabras claras y proféticas, decía así: La calidad de una sociedad, quisiera decir de una civilización, se juzga también por cómo se trata a los ancianos y por el lugar que se les reserva en la vida en común.
"Es verdad, la atención a los ancianos hace la diferencia de una civilización", recalcó Francisco.
Ciudad del Vaticano, AFP-NA.
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