El último monarca inglés muerto en combate -en la batalla de Bosworth, en 1485, que puso fin a la guerra civil de las Dos Rosas y supuso el ascenso al trono de los Tudor en detrimento de los Plantagenet-, fue objeto de una gran ceremonia antes de recibir sepultura en este templo que empezó a ser construido en el siglo XI.
El actor británico Benedict Cumberbatch, uno de los británicos vivos -y son millones- emparentados con Ricardo III, según revelaron los análisis de ADN, leyó un poema escrito en su honor.
Las campanas de una catedral llena a rebosar doblaron por el rey y cientos de personas se agolparon fuera.
Ricardo III, encarnado en el cine por Laurence Olivier y Al Pacino, entre otros, fue apresuradamente enterrado con una ceremonia mínima en un monasterio franciscano que fue destruido en el siglo XVI.
Leicester, Reino Unido, AFP-NA.
NOTA COMPLETA SOLO PARA ABONADOS.